Mantener el placard ordenado es clave para aprovechar al máximo el espacio y encontrar fácilmente lo que necesitas. Clasificar la ropa es un primer paso fundamental para lograrlo. Agrupar las prendas por tipo —como pantalones, camisetas, camisas y vestidos— permite tener una mejor visión general de tu guardarropa y facilita la toma de decisiones a la hora de vestirse.
Otra estrategia útil es separar la ropa por temporada. Guardar la ropa de invierno cuando es verano, y viceversa, libera espacio en el placard, permitiendo que las prendas más apropiadas para la estación actual estén siempre a mano. Además, es una excelente oportunidad para revisar qué piezas ya no usas y donarlas o venderlas.
El color también puede ser un criterio interesante para ordenar la ropa. Al clasificar por tonalidades, creas un aspecto visualmente atractivo y puedes encontrar rápidamente combinaciones de colores para tus outfits. Esta técnica también te ayudará a identificar si tiendes a acumular ropa de un solo color y te faltan otras tonalidades para diversificar tu estilo.
Finalmente, no olvides tener en cuenta los accesorios. Guardar pañuelos, cinturones y joyería en cajas o colgadores dedicados evitará que se mezclen con la ropa y se pierdan. Una clasificación clara y detallada te ahorrará tiempo y reducirá el estrés al vestirte cada día, además de dar un aspecto más ordenado y funcional a tu placard.